martes, 6 de octubre de 2009

LIBROS - La sombra del animal, de Vanesa Guerra: Juego de universos encastrados.


Un espejo que cae y se rompe puede ser útil para hablar de un hombre que va perdiendo, de a pedazos, la noción del mundo, de sí mismo, de su propia imagen. Es la oscuridad del alma, pero también la de la noche que se desploma y estalla en estrellas que se multiplican en el hueco de la ventana, última certeza de una realidad en fuga. Ahí está la muerte; siempre ella: como rata, como soga, como mujer que busca y persiste y encuentra. Siempre. Los once textos que conforman el segundo volumen de cuentos de Vanesa Guerra, La sombra del animal, tienen sobre todo obsesiones. Marcas profundas que van más allá de la poética y los artificios lingüísticos, abundantes en ingenio y cantidad –demasiado es mejor que escaso-, con los que la autora ha modelado un estilo en el que destaca la versatilidad para transfigurarse a través de los relatos.
En ellos, el vínculo entre los individuos nunca es completo: una constante de tiempos y espacios que se entreveran va limitando las celdas estancas que separan a los personajes; “Yo no iba para un lado y vos para otro. Los cruces no siempre son tan precisos”, ilustra el cuento Plano de una ciudad postergada. La soledad es la peste, una epidemia urbana que une suicidas exitosos con los otros, los que fracasan en todo.
En La sombra del animal el pasado regresa descoyuntado y ya no es el que habita la memoria. Ahí está lo siniestro: el presente es la prueba de que nada es como era, ni uno mismo, y eso aterra. Pero hay más. Aquellas soledades y espejos que, como enfrentados, se repiten de un cuento a otro; la ciudad, el insomnio. Conversaciones que son apenas la combinación de dos monólogos… Obsesiones que circulan por los tiempos y espacios de Vanesa Guerra. Y algunas astillas de realidad clavadas con gracia y levedad fingida aquí o allá, para inducir al lector a creer que cada historia revela un mundo posible.


Artículo publicado originalmente en el suplemento Cultura de el diario Perfil.

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